Trapped at Twelve

Doce segundos es lo que me tomó borrar lo que había escrito, tan sólo doce. 
Doce minutos me costó escribir.
Doce horas llegar hasta aquí
Doce días en esperar
Doce años en vivir
Doce ... 
¿Doce?

¿Por qué no mejor trece?
 

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