Iba caminando Darío, por los valles la lejana región del abece. El hombre se había encontrado un pedazo de hoja. Desgreñada y vieja pero brillante ¡Qué largo camino que habrá recorrido hasta haber llegado a sus manos! Lo que habrá sufrido y cuántas personas la habrán ignorado. Pero he allí, tan pequeña y tan perdida estaba el trozo de papel, brillando con lo que le quedaba de esperanza.
"13-5-0-7-22-20-21-1-20"
La hoja había perdido su destino, pero su sentimiento permanecía tan resplandeciente como la vez que fue escrito. Tales palabras salían de los ventrículos del corazón para permanecer plasmados de por vida.
Dejó la hoja seguir su camino,
y hoy en día, Darío se pregunta si la hoja habrá encontrado su final.
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