Estás sólo, pero estás vivo y puedes volar alto, vuela más
alto. Vuela cuánto más puedas, alcanza la luz, calidez, hogar. Vuela. Todos
vuelan para allá hacia la luz; y los que llegan nunca regresan.
¡Vuela!
Mueve tus
alas y dirígete en línea recta, sin mirar a los costados, y si se apaga esa
luz, búscate otra.
¡Vuela!
¡Vuela!
¡VUELA!.
Ya casi llegas, casi lo alcanzas, estás a pocos pasos, a
pocos centímetros de la luz. Sigues avanzando y La luz es cada vez más radiante
y sientes esa calidez y…
No hay nadie.
Estás sólo. No lo entiendes. Sigues avanzando hasta alcanzar
la luz, quizá allá están todos.Tú puedes.
Mira la luz,
Y tócala.
Ahora, cae.
Que tus alas dejen de volar. Que tu cuerpo deje de funcionar,
que tu cerebro deje de pensar. Alcanzaste la luz, pero ahora caes. Caes al compás del viento y ruedas por la gravedad. ¿Qué
hiciste? ¿Por qué nadie estaba allá?
La luz se aleja. No. Tú te alejas de la luz.
¿Acaso la luz no quiere que entres? ¿Qué hiciste mal?
Cae, rueda. ¿Qué hacen todos aquí tirados? Quédate allí, tirado…,
junto a todos los demás.
Ya no estás sólo,
pero tampoco estás vivo.
- Lo que un bicho de la luz me contó
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