Gotas de lluvia cayendo por mi ventana, rodando, sin saber que para algunos su destino es el más profundo infierno, el suelo donde todos pisan para caminar; para llegar a su destino. Pues es así como me comparo con la lluvia. Los suertudos caen donde hay agua, donde son aceptados tal y como son, pero los que no tienen ese privilegio deben luchar para sobrevivir en las zonas más secas de la Tierra.
En otras palabras, en los lugares donde hay posibilidades de que la vida surga, las gotas son un mecanismo para dar fruto. En cambio, en los sectores donde no hay esperanza, las gotas tan sólo se quedan inmóviles, esperando el triste destino que se les otorgó.
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